Va la noche a mis ojos
y ahí mismo se centra
posesiva y terrible
con mi cuerpo y mi fuerza.
Forma su laberinto
de penumbra y de hiedra
en mis vísceras tristes
y en el coro de arterias.
Que se queda la noche
dentro, siempre morena,
a pesar de que sigo
esa luz del planeta.
24/11/87