El pronóstico del sueño
previene de un río amargo
de fantasmas en las sienes
y un correr entre escenarios.
Serán las próximas horas
de aguaceros en las manos
y una voz desconocida
que vendrá de tres a cuatro.
Clara inestabilidad
a la altura de los cráneos
y un relato en blanco y negro
que dirá entre saltos algo.
Serán nubes en los dedos
recuerdos desmenuzados,
bloques para el día a día
de un presente diluviando.
Llegará el persecutor
en la sombra del espanto;
es probable que te alcance
pero ya habrás olvidado.
Vendrá azul de boca a pecho
cual viento de algún pasado,
un calor en granizada
y un beso que sabe a plagio.
Una música de cielo
—más relámpago que canto
y más cántaro que mar—
moverá el mordido labio.
Inundado el pensamiento
inventará sus presagios
como voces en los ojos
o en escombros decorados.
24 de septiembre de 2023
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