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viernes, 15 de febrero de 2008

La Rosa

Un jardín cercado y yerto,
propio de las tumbas pobres,
vio crecer en su desierto
una rosa, al desconcierto
de estos ámbitos salobres.

..Era en soledad la rosa,
una mano que se abría
en color, en polvorosa
tierra, su amistad gozosa
para el tiempo de ese día.

..En un páramo en el alba
se elevó, frente al asombro
de la abeja, que dio salva
para quien en zona calva
fue, muy cerca del escombro.

..Y nadie la notaría,
ni siquiera una mujer;
esa rosa lo sabía,
pero aun así crecía,
era su íntimo placer.



 
30/09/87