Di poeta, geómetra interior,
la larga simetría del amor.
Canta a la matemática del tacto
sumando sueños y el sentir exacto.
Con afecto dibuja al par humano,
tersura de tu mano en toda mano.
Ama, y si hay una leve asimetría
déjala que ennoblezca a la armonía.
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Hay un doble compás en la figura
del amor y sus cuerpos sin cesura.
Elipses crea el baile sobre el lecho,
y un buen sentir la dimensión del pecho.
Que es amor un fractal en el abismo,
por siempre repitiéndose a si mismo.
Si aumenta la pasión, menor espacio
ocupa entre los cuerpos su pancracio.
Quienes quieren comparten su volumen,
la gracia de que dos como uno sumen.
Amar le da la cuadratura al mundo;
besarse basta al entender profundo.
Qué álgebra tan sencilla la del beso
cuando éste es profesor del embeleso.
Mejor saben amores boca a boca,
la espiral palpitante que sofoca.
La sombra amante, paralela al hombre,
lleva el real, su más hermoso nombre.
Qué parábola extraña la del sueño:
historia que alza y cae por diseño.
Un sonar geométrico propicia
cuadros de ansia, de ritmo y de caricia.
Se vuelve flor pentagonal la mano
sobre el jardín de torsos de verano.
La línea más recta es la mirada
que ha descubierto al hombre, enamorada.
Amor tan raro se halla en el vacío
que se priva de mundo, sueño y frío.
Un cubo inconcebible, un mundo plano,
es la ternura para el hombre vano.
El más preciso rombo lo dibuja
la boca cuando en otra se apretuja.
La voz poligonal en sus matices
seduce hilando métricas felices.
Riegan cónico llanto los amores;
hablan mucho los ojos delatores.
El pálpito mecánico del pecho
elige por destino y por derecho;
mas hay quien se conoce de tangente,
de espaldas, sin querer, por accidente...
Es perpendicular el hombre al canto,
y así de náufrago al amor, el llanto.
Pirámide la flor ensimismada,
el loto satisfecho de la nada.
La rueda que parece sin final:
la galaxia de brazo paternal.
Solo el círculo da mejor abrazo,
y mejor lecho el cóncavo regazo.
Suena en la caridad de las esferas
la percusión de flamas mensajeras.
En hombre como en ángel superior
todo ósculo da múltiplos de amor.
Querer a la potencia heptagonal
es erigir la voz a catedral.
Que amar es exponerse al infinito,
asomarse a la casa del Bendito.
No existe para cierto Amor medida
como único que va de muerte a vida;
ni hay diámetro que hurgar al universo
ni ecuación colosal tan atrevida.
Da el gran Amor su inmensurable verso.
31 de enero 2022
