Ruiseñor
Duele tu soledad,
intenso ruiseñor, a mi mirada,
como el ave de Dios en la enramada
que resuelve con canto
el dolor de su especie, contenido.
Que no vendrá a tu nido
la que en su vuelo provocó gran llanto.—Y acaso, ya no es tanto
tu trino ella, ¿verdad?
Sino tu ansiosa sed de eternidad.
28/09/2007