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martes, 27 de noviembre de 2007

El día bueno

Ir quise al día bueno,
sin otra fuerza aparte de mis brazos,
como un ave nadando al horizonte
en simples transparencias de milagro.
..Me detuve en el alba requiriendo
la entrada abierta a su real espacio,
a la recta ciudad que el aire esconde,
a su concierto de murmullos sabios.
..Fue la luz quien me guió al día nuevo,
mostrándome feliz a cada paso
los caminos del éter en la tierra
y sus carros de besos simultáneos.
..Voz nacía en los pájaros del viento
y un azul en las flores de los bardos;
amor decía el agua bondadosa
y placer cada pecho concentrado.
..Y descubrí aun más en los rincones,
aquello misterioso que no es dado
convidar con los otros en el tiempo
sino que solo nuestro es solo amado
..Ir quise al día bueno,
de un trino, de una voz acompañado,
siguiendo antiguas marcas en mi espíritu
al través de la luz y mi arrebato.



24/03/87