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miércoles, 8 de agosto de 2007

CANTO EXTRAÑO

Y la aurora del norte
distendía su manto
e impregnaba a la noche
de colores extraños.
Escondidas lechuzas
murmuraban un canto
en los árboles negros
de este valle espantado.

Yo le daba tu nombre
al lugar solitario,
tan inmenso y vacío
como mi alma en el llanto.


Soledad era el nombre
que cantaba en barrancos
(yo admirado sentí
que absorbíanme manos
que tiraban del cuerpo
a los largos peñascos).
Y moría perdido
en un sueño callado,
en la boca nocturna
de aquel ámbito vano.
Negras lágrimas iban
a caer en el pasto,
abrasándose justo
al momento en contacto.

Yo le daba tu nombre
al lugar solitario...



26/04/1986


26/04/10986