Fue algún silencio desbocado el tuyo,
alucinante en su implosión,
depredando en un nido de palabras
que querían vivir el aire y solo
respiraron el movimiento de tus labios.
Todo al final permaneció contigo,
como un fuego que quiso rebelarse
pero aplastado fue por el vacío
o el peso de oleaje inesperado.