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viernes, 1 de mayo de 2009

Los días buenos pasan ante mí...

Los días buenos pasan ante mí,
pero tengo un pensar anochecido
que no los cree cuando se levantan
en la aurora, llorosos de rocío.
Puestos mis ojos para sal y sombra
no noto aquellas cosas que me esperan
con la salida mórbida del astro
y en la oración debida tras la puerta.
Y acaso sólo pienso en la música
como algo que ha quedado en mí. ¿Más? Nada.
Mi alma se duele, grita y no la escucho.
Un zumbido es su voz, mi voz, mi entraña.



16/06/91